La música es esencial para muchas de nuestras vidas. Lo escuchamos cuando nos despertamos, mientras estamos en tránsito, en el trabajo y con nuestros amigos. Para muchos, la música es como un compañero constante. Puede traernos alegría y motivación, acompañarnos en los momentos difíciles y aliviar nuestras preocupaciones.
La música es mucho más que mero entretenimiento. Ha sido una característica de toda la sociedad humana conocida: los antropólogos y sociólogos aún no han encontrado una sola cultura a lo largo de la historia de la humanidad que no haya tenido música. De hecho, muchos psicólogos evolucionistas de hoy en día argumentan que la música es anterior al lenguaje.
Las tribus primitivas y las prácticas religiosas han utilizado la música para alcanzar estados iluminados durante miles de años, y Pitágoras utilizó la música para curar diferentes dolencias psicológicas y físicas. Actualmente, la investigación científica de vanguardia ha demostrado el efecto que la música tiene en el cerebro, el individuo y la sociedad.
La música no sólo nos llega a nivel intelectual, social y emocional, sino que muchos la describen como espiritual o mística. El uso de dispositivos melódicos, armónicos y rítmicos en la música puede inducir un estado psicológico tanto en los músicos como en el oyente que está más allá de las palabras para describirlo.
La música puede traernos de vuelta a nosotros mismos, ser nuestro espejo, y mostrarnos un lado de nosotros que puede que hayamos olvidado por mucho tiempo o que nunca hayamos sabido que existía.
Aunque estamos constantemente expuestos a la música en nuestra vida diaria, rara vez nos detenemos a pensar en lo que es. Después de todo, ¿qué es exactamente la música?
Fundamentalmente, la música es una combinación de sonidos, y el sonido es vibración. Una de las definiciones más sucintas de la música viene del compositor italiano Ferruccio Busoni, quien dijo que «la música es aire sonoro». Es extraordinario pensar que una simple vibración no vista por el ojo humano puede facilitar una experiencia emocional profundamente rica, alterar la percepción y la conciencia, e inducir estados extáticos del ser.
¿Cuál es el proceso por el cual estas frecuencias vibratorias sónicas son escuchadas por el oyente, creando una experiencia psicológica profunda para ellos? ¿Cómo es posible que algo tan fugaz como el «aire sonoro» tenga un efecto tan curativo y terapéutico en las personas? ¿Y cómo facilita el crecimiento personal?
En esta serie, titulada El Poder de la Música, exploraremos estas preguntas en detalle informando sobre las últimas investigaciones de vanguardia en música, entrevistando a músicos, científicos, terapeutas y líderes espirituales sobre su trabajo con la música, y desenterrando textos antiguos y prácticas musicales.
Aportaremos ideas y experiencias desde un amplio espectro de perspectivas para ver si hay algún hilo subyacente que se pueda encontrar. La intención no es alejar el misterio de la música, sino aumentar nuestra comprensión y apreciación de ella para que podamos usarla y experimentarla al máximo. Una mayor comprensión de los poderes de la música puede informar cómo se puede utilizar en beneficio de los individuos, las sociedades y los necesitados.